Sombras nada más...
-"Qué pendejo ese tipo...", decía Rolando mientras repasaba en su mente una antigua canción de los 40s:
Quisiera abrir lentamente mis venas...
Mi sangre toda vertirla a tus pies...
Para poderte demostrar
que más no puedo amar
Y entonces.... ¡Morir después!
Y sin embargo, tus ojos azules
¡Azul que tiene el cielo y el mar!
Viven cerrados para mí
sin ver que estoy así
perdido en mi soledad.
Sombras... ¡Nada más!
Acariciando mis manos...
Sombras nada más
¡En el temblor de mi voz!
Pude ser feliz
y estoy en vida muriendo
y entre lágrimas viviendo
los pasados más horrendos
¡De este drama sin final!
Sombras... ¡Nada más!
entre tu vida y mi vida...
Sombras... ¡Nada más!
¡Entre tu amor y mi amor!
-Mira que desangrarse hasta morir por una jeva y la tipa ni caso le hace...como que hay gente que vino al mundo nada más que para jalar aire.
Había escogido Montecristi para descansar y escribir las últimas notas y consideraciones sobre el informe de auditoría de una prestigiosa firma internacional que entregaría en tres días. Antes de irse a dormir, decidió pasar por un comedor que queda justo al lado de las Salinas donde un italiano llamado Giuseppe hacía unas pizzas exquisitas. Pepigno il Milanese, como le decían algunos de sus compueblanos que le visitaban y le traían libros y revistas en Italiano.
-Dímelo "Yusepe", "keloké"!?, ponme una especial de vegetales!
Rolando que lo había visto solo una vez antes, lo saluda como si lo conociera de toda una vida.
- Y todos estos niños viejo?
- Son mis hijos los cuatro y se llevan casi un año cada uno.
- Y por qué te casaste por aquí?
- Esa está bien fácil...me enamoré!
- Hey qué bien! ("otro pendejo", como el de la canción, pensó).
- Verás...yo en Italia tenía muchas cosas, incluyendo un empleo de abogado en un reconocido bufette y a veces según el caso ganaba varios miles de dólares al mes, pero conocí a Julissa aquí y en 5 minutos ya su sonrisa era dueña de mi ser. Tú a qué te dedicas?
- Soy auditor contable...
- Y no te has enamorado así, nunca?
- Este...eh, uh, ah, eeeeeh...claro!!! Pero hace ya unos meses de eso...estoy curado.
- Pues mira, cuando lo que hagas esté manejado por la pasión y el AMOR, entonces te darás cuenta lo que en verdad es VIVIR!
- Giuseppe, deja de hablar plepla y sirveme la Pizza, que me tengo que ir a examinar unos documentos...es más, ponmela para llevar!
Al día siguiente, al notar que Rolando no salía a desayunar ni a comer, decidieron abrir su habitación, y lo encontraron escribiendo en las paredes, lentamente pero sin parar su nombre y el de la niña de la cual se enamoró en tercero de primaria, su último gran amor.
4 Comments:
Pedro me asombra que este tema no tenga un solo comentario y principalmente el final del mismo.
Julio, mil gracias por tu comentario...en mis crónicas puedes encontrar otros comentarios sobre este cuento y la foto que lo acompaña.
amor...
por el conocemos la felicidad
por el encontramos la tristeza
por el buscamos una compañía,
sin ver en medio de tinieblas...
semejante a una hermosa rosa
con su fragancia nos acerca
pero al intentar acariciarla
con las espinas te lesionas...
esa historia es real?
Ante los maricones hay que tomar partido.
http://sinblancaporelmundo.wordpress.com/2008/03/04/abel-arana-o-el-maricon-apolitico/
Publicar un comentario
<< Home