9/20/2006

Modigliani, Giacometti

Hablando de conmover. Les cuento que la primera vez que vi la película "Modigliani" fue hace un mes, aproximadamente, y me conmovió hasta la médula. La vi una segunda vez por elección (eso no ocurre con mucha frecuencia y no significa que la película sea buena, ¿alguien podría comprender?). Pues empezaron a irritarme los saltos de edición y las malas interpretaciones de personajes tan críticos dentro de la historia como el de Picasso (un actor llamado Omid Djalili, que probablemente sea muy bueno, no creo haber visto nada suyo, pero aquí #$%^&), que ya me interrumpieron cierto deleite la vez primera, pero que en una segunda ocasión se me presentan como un ajeno tic nervioso. Sin embargo, nuevamente me sentí maravillada gracias a la excelente entrega de una bellísima Elsa Zylberstein (quien hace una perfecta Jeanne); y a que, a pesar de que Andy Garcia no tiene el perfil de lo que yo considero un buen actor, me presentó a Modigliani un poco como yo lo siento: tan atropellado, tan hermoso y tan ingenuo. Le faltó la vivacidad que le atribuyo a Modigliani y entiendo que ahí se enredó bastante en la caracterización. Siempre hay algo falso en la entrega de Andy Garcia que hace sus papeles poco creibles. Humildemente opino que lo eligieron por su parecido físico y por ser latino.

Por cierto, nunca habíamos hablado de él ni de Giacometti (de Modigliani, digo). Siento una especial fascinación por las figuras elongadas. No sé si se deba a las primeras imágenes que me enamoraron de la plástica, como en las del arte egipcio, El Greco, el abuso de objetos intrigantes y puntiagudos en el Bosco, por supuesto Dalí y los citados anteriormente. Con Modigliani me sacudo y me enternezco, como si montara columpios y mi mente de niña jugara a las sensaciones con el viento. Igual cada vez. Agitada y feliz. Mi archivo mental lo ubica junto a Tamara de Lempicka, aunque nada tienen en común, salvo por algún erotismo inusual; me corrijo, nada tienen en común. Cuando lo pienso, me rio ¿porqué degenero en de Lempicka? No logro saberlo.

De cualquier manera, acerca de Giacometti (que tiene de todo, no únicamente figuras alargadas) les diré que me pasó similar a "Noche estrellada" de van Gogh, en el mismo MoMA: lloré. Simplemente no lo pude evitar. Pero fue un llanto diferente. Mientras que con van Gogh fue de sorpresa, de recibir bendición, de acción de gracias; admito que con Giacometti fue de rabia, de envidia, lágrimas expiando la maldad interior que le tenía de años atrás, llanto de impotencia puesto que él ya había hecho en 3D lo que yo dibujaba incesantemente antes de conocerlo y lo había realizado nada menos que medio siglo antes. Eso nunca se aparta de mi mente, la vívida impresión de que no hay nada original en mí, que mi sustancia está habitada de ideas repetidas y el resto es desechable. Eso y la certeza de que no sé hablar, a pesar de que lo hago en exceso (me disculpo por mis excesos de los cuales ustedes son víctimas permanentes). Es que mi mente teje una intrincada idea a la que mis labios no tienen acceso. Ellos hablan cosas vanales. Me parece que nunca estarán de acuerdo y moriré sin que nadie me conozca, ni siquiera quienes me acompañan de cerca.

Reciban con mi fuerte cariño, una reverencia, amigos y hermano diletantes,