Farewell Baiji - Adiós Baiji
Baiji ha fallecido. ¡Waoo! Vaya, eso sí suena depresivo. Bueno, pero ¿quién murió, quién era ese Baiji? No, pero no vayan a pensar mal, Baiji no es el nombre de algún infante gracioso, con una vida llena de energía y alegría, tristemente tronchada a destiempo. Tampoco es la mascota amorosa y querida de algún gentil humano. Ni es un pariente moderno de Rintintín o Lassie…Nada de eso…
Ayer miércoles 8 de Agosto del 2007 fue declarado "casi oficialmente" extinguido Baiji, el magnífico delfín de agua dulce, el denominado delfín de río chino (Lipotes vexillifer) que habitaba en el gran río Yantsé de China. Léanlo bien: EXTINGUIDA la especie completa. Jamás, nunca más será avistada de nuevo en la faz de la Tierra (a menos que la biogenética pueda lograr ese “milagro” en el futuro).
Conocido como la “Diosa del Yantsé”, respetado y venerado durante gran parte de la historia de China casi como una deidad, todo terminó cuando llegó la revolución cultural de Mao que terminó con esa veneración y permitió su caza. Para rematarlo, la rápida industrialización de las décadas recientes, con el incremento de la polución y el tránsito naval por el Yantsé, más la reciente construcción de la presa de las Tres Gargantas, han terminado definitivamente por extinguirlo.
Cuando originalmente leí en MSN la noticia esta mañana, claro que le presté la debida atención y remití la noticia a algunos amigos, pero no pensé mucho más en ello. En la tarde, sin embargo, mientras transitaba y reflexionaba en mi vehículo tras el almuerzo, me llegó un “flash back” y la noticia de la extinción se entremezcló en mi mente con una conmovedora escena de la película “Children of Men”, la excelente obra futurista del mejicano Alfonso Cuarón del año 2006, que describo a continuación:
En medio de ráfagas de tiros, heridas, sangres, una lucha sin cuartel entre dos bandas opuestas, sale la joven madre con su bebé milagroso, ambos objetos de la disputa. Las armas pausan, las balas descansan y todos se aquietan. La madre y el bebé transitan en medio de esos guerreros sin ser molestados, cual si estuvieran atravesando el Mar Rojo a la manera como Moisés guiara a su pueblo hace milenios. Los soldados y otros atrapados en la violencia están todos inertes. Por simple incredulidad y asombro, pero, y sobre todo, también por el mayor respeto a la esperanza de la continuidad de la vida de la especie humana, representada en ese el primer bebé concebido en el mundo en 18 años, en medio de una humanidad estéril que inquietantemente se aproximaba a su extinción. Algunos piensan en un milagro divino y agradecen a Dios. Otros quizás no. Todos sí estaban de acuerdo que había que salvar a la especie humana de su extinción.
En ese momento de meditación sí la sentí profundamente la noticia de la extinción de Baiji. La desaparición definitiva de una especie es una verdadera tragedia, un suceso profundamente triste.
Que conste que yo realmente quisiera y me alegraría que se extinguieran todas las cucarachas, los mosquitos, las moscas, las pulgas y todos esos insectos de plagas, etc., etc., esos animales que causan daños a los humanos. Pero - he ahí la cuestión - también sé que su desaparición pudiera causar una serie de peligrosos trastornos al equilibrio del ecosistema.
Y, aún cuando no disturbe gravemente el ecosistema, la desaparición definitiva de una especie animal altamente evolucionada, con una historia evolutiva de millones de años, es algo que me entristece y debería entristecer a todos los humanos.
Más aún en este caso particular. Fíjense en estos datos trágicos: es la primera vez en 50 años que una especie de vertebrados de tamaño mayor (podían alcanzar hasta 8 pies de longitud y ¼ de tonelada de peso) es extinguida por actividades humanas. Desde el año 1500 D.C., es solo la cuarta ocasión en que una rama completa de evolución de mamíferos desaparece de la Tierra.
Los delfines Baiji pertenecían a una familia de mamíferos que se separaron de los otros mamíferos marinos (ballenas, delfines marinos, marsopas, etc.) hace unos 20-40 millones de años. Migraron del océano Pacífico al río Yantsé hace unos 20 millones de años. Podían vivir en estado salvaje hasta alrededor de 24 años y alcanzar una velocidad de hasta 65 km/h. Hace tan solo unos 50 años su población era todavía estimada en 6000. A partir de ahí el rápido camino a su extinción fue imparable. En Septiembre del 2004 fue avistado por última vez y ya para el 13 de Diciembre del 2006 la especie fue declarada como funcionalmente extinguida. Una expedición reciente de búsqueda no pudo encontrar ningún rastro y se estima que aún cuando queden algunos ejemplares vivos, no hay cantidad suficiente para garantizar la supervivencia de la especie.
La especie humana ha perdido a un compañero de viaje. Los animales son seres que comparten con nosotros, los humanos, el tránsito de nuestras vidas en la Tierra. Sería demasiado triste que por motivos del progreso humano las especies desaparezcan una tras otras. No es una prédica sentimentalista. Ni “New Age”, “Green”, tipo políticamente correcto, etc., etc. Nada de eso. Es mucho más simple: ¿Se imaginan cuán solitaria estaría la humanidad si no existieran las otras especies animales?
En el pasado he leído en algunas fuentes autorizadas que cuestionan, por ejemplo, la racionalidad y la inteligencia de dispensar todos esos fondos en salvar algunas especies amenazadas y abogan por permitir su “extinción con dignidad”. Los osos pandas, por ejemplo. También están otros filósofos utilitaristas radicales que cuestionan la racionalidad de gastar una fortuna en mantener vivo a un familiar senil, cuando con esa misma cantidad de dinero se pudiera salvar 100 o 1000 vidas en, por ejemplo, África. Otros, en un terreno diferente, que se pronuncian en contra de encerrar, con propósito de conservación y/o restauración, las delicadas obras maestras universales de pintura, escultura y arquitectura, para permitir que la generación actual las disfrute, aceptando que esas obras tienen igualmente una “vida útil” no eterna y permitir su desaparición definitiva. En esta ocasión me voy a permitir “apagar” el hemisferio izquierdo de mi celebro (el lado racional) para ir directamente al hemisferio derecho: Como que yo no siento que nada de eso es compatible con mi naturaleza humana.
Más informaciones en español:
http://noticias.latam.msn.com/mundo/articulo.aspx?cp-documentid=5261890
http://es.wikipedia.org/wiki/Baiji
En inglés:
http://www.guardian.co.uk/environment/2007/aug/08/endangeredspecies.conservation
http://news.bbc.co.uk/1/hi/sci/tech/6935343.stm
http://en.wikipedia.org/wiki/Baiji
http://www.baiji.org/media.html
http://www.newscientist.com/article/dn12434-yangtze-river-dolphin-is-almost-certainly-extinct.html
http://www.sciam.com/article.cfm?articleID=4244C25C-E7F2-99DF-3C171A5D4B9B4439&chanID=sa007
http://dsc.discovery.com/news/2007/08/08/dolphin_ani.html?category=animals&guid=20070808130030
Abrazos.
Ayer miércoles 8 de Agosto del 2007 fue declarado "casi oficialmente" extinguido Baiji, el magnífico delfín de agua dulce, el denominado delfín de río chino (Lipotes vexillifer) que habitaba en el gran río Yantsé de China. Léanlo bien: EXTINGUIDA la especie completa. Jamás, nunca más será avistada de nuevo en la faz de la Tierra (a menos que la biogenética pueda lograr ese “milagro” en el futuro).
Conocido como la “Diosa del Yantsé”, respetado y venerado durante gran parte de la historia de China casi como una deidad, todo terminó cuando llegó la revolución cultural de Mao que terminó con esa veneración y permitió su caza. Para rematarlo, la rápida industrialización de las décadas recientes, con el incremento de la polución y el tránsito naval por el Yantsé, más la reciente construcción de la presa de las Tres Gargantas, han terminado definitivamente por extinguirlo.
Cuando originalmente leí en MSN la noticia esta mañana, claro que le presté la debida atención y remití la noticia a algunos amigos, pero no pensé mucho más en ello. En la tarde, sin embargo, mientras transitaba y reflexionaba en mi vehículo tras el almuerzo, me llegó un “flash back” y la noticia de la extinción se entremezcló en mi mente con una conmovedora escena de la película “Children of Men”, la excelente obra futurista del mejicano Alfonso Cuarón del año 2006, que describo a continuación:
En medio de ráfagas de tiros, heridas, sangres, una lucha sin cuartel entre dos bandas opuestas, sale la joven madre con su bebé milagroso, ambos objetos de la disputa. Las armas pausan, las balas descansan y todos se aquietan. La madre y el bebé transitan en medio de esos guerreros sin ser molestados, cual si estuvieran atravesando el Mar Rojo a la manera como Moisés guiara a su pueblo hace milenios. Los soldados y otros atrapados en la violencia están todos inertes. Por simple incredulidad y asombro, pero, y sobre todo, también por el mayor respeto a la esperanza de la continuidad de la vida de la especie humana, representada en ese el primer bebé concebido en el mundo en 18 años, en medio de una humanidad estéril que inquietantemente se aproximaba a su extinción. Algunos piensan en un milagro divino y agradecen a Dios. Otros quizás no. Todos sí estaban de acuerdo que había que salvar a la especie humana de su extinción.
En ese momento de meditación sí la sentí profundamente la noticia de la extinción de Baiji. La desaparición definitiva de una especie es una verdadera tragedia, un suceso profundamente triste.
Que conste que yo realmente quisiera y me alegraría que se extinguieran todas las cucarachas, los mosquitos, las moscas, las pulgas y todos esos insectos de plagas, etc., etc., esos animales que causan daños a los humanos. Pero - he ahí la cuestión - también sé que su desaparición pudiera causar una serie de peligrosos trastornos al equilibrio del ecosistema.
Y, aún cuando no disturbe gravemente el ecosistema, la desaparición definitiva de una especie animal altamente evolucionada, con una historia evolutiva de millones de años, es algo que me entristece y debería entristecer a todos los humanos.
Más aún en este caso particular. Fíjense en estos datos trágicos: es la primera vez en 50 años que una especie de vertebrados de tamaño mayor (podían alcanzar hasta 8 pies de longitud y ¼ de tonelada de peso) es extinguida por actividades humanas. Desde el año 1500 D.C., es solo la cuarta ocasión en que una rama completa de evolución de mamíferos desaparece de la Tierra.
Los delfines Baiji pertenecían a una familia de mamíferos que se separaron de los otros mamíferos marinos (ballenas, delfines marinos, marsopas, etc.) hace unos 20-40 millones de años. Migraron del océano Pacífico al río Yantsé hace unos 20 millones de años. Podían vivir en estado salvaje hasta alrededor de 24 años y alcanzar una velocidad de hasta 65 km/h. Hace tan solo unos 50 años su población era todavía estimada en 6000. A partir de ahí el rápido camino a su extinción fue imparable. En Septiembre del 2004 fue avistado por última vez y ya para el 13 de Diciembre del 2006 la especie fue declarada como funcionalmente extinguida. Una expedición reciente de búsqueda no pudo encontrar ningún rastro y se estima que aún cuando queden algunos ejemplares vivos, no hay cantidad suficiente para garantizar la supervivencia de la especie.
La especie humana ha perdido a un compañero de viaje. Los animales son seres que comparten con nosotros, los humanos, el tránsito de nuestras vidas en la Tierra. Sería demasiado triste que por motivos del progreso humano las especies desaparezcan una tras otras. No es una prédica sentimentalista. Ni “New Age”, “Green”, tipo políticamente correcto, etc., etc. Nada de eso. Es mucho más simple: ¿Se imaginan cuán solitaria estaría la humanidad si no existieran las otras especies animales?
En el pasado he leído en algunas fuentes autorizadas que cuestionan, por ejemplo, la racionalidad y la inteligencia de dispensar todos esos fondos en salvar algunas especies amenazadas y abogan por permitir su “extinción con dignidad”. Los osos pandas, por ejemplo. También están otros filósofos utilitaristas radicales que cuestionan la racionalidad de gastar una fortuna en mantener vivo a un familiar senil, cuando con esa misma cantidad de dinero se pudiera salvar 100 o 1000 vidas en, por ejemplo, África. Otros, en un terreno diferente, que se pronuncian en contra de encerrar, con propósito de conservación y/o restauración, las delicadas obras maestras universales de pintura, escultura y arquitectura, para permitir que la generación actual las disfrute, aceptando que esas obras tienen igualmente una “vida útil” no eterna y permitir su desaparición definitiva. En esta ocasión me voy a permitir “apagar” el hemisferio izquierdo de mi celebro (el lado racional) para ir directamente al hemisferio derecho: Como que yo no siento que nada de eso es compatible con mi naturaleza humana.
Más informaciones en español:
http://noticias.latam.msn.com/mundo/articulo.aspx?cp-documentid=5261890
http://es.wikipedia.org/wiki/Baiji
En inglés:
http://www.guardian.co.uk/environment/2007/aug/08/endangeredspecies.conservation
http://news.bbc.co.uk/1/hi/sci/tech/6935343.stm
http://en.wikipedia.org/wiki/Baiji
http://www.baiji.org/media.html
http://www.newscientist.com/article/dn12434-yangtze-river-dolphin-is-almost-certainly-extinct.html
http://www.sciam.com/article.cfm?articleID=4244C25C-E7F2-99DF-3C171A5D4B9B4439&chanID=sa007
http://dsc.discovery.com/news/2007/08/08/dolphin_ani.html?category=animals&guid=20070808130030
Abrazos.
Etiquetas: Ecología, Reflexiones
4 Comments:
Yuan, acabo de escribir algo sobre El Gavilán (una especie endémica en real peligro de extinción) en mi blog www.pedrogenaro.com y envío a mis amigos y visitantes a leer tu excelente escrito en este blog nuestro.
Gracias Yuan, se ve que hiciste tu tarea! Pero independientemente de los datos, lo importante es tu sensibilidad sobre este tema.
Pietro.
muy bueno y sentido tu comentario. una pena sincera ver como el hombre se encarga de destruir el mundo que se le dio para construir.
te agradezco tu visita al blog y tu comentario. y encantado de recibirlos cuando gustes.
bendiciones
Es realmente triste esa noticia. Cualquier especie que se extinga me apena.
Sabes que lo mas probable es que cuando ya no existamos los humanos (porque si, algun dia ocurrira) ni muchos de los mamiferos sobre esta tierra, quiza hasta reptiles, aves y probablemente crustaceos y peces... las cucarachas seguiran aqui... reinas del planeta. Su capacidad de adaptacion es increible. Yo las detesto. Pero es la verdad.
gracias por tus palabras con motivo del terremoto en mi blog yel...muchas gracias
saludo y nos seguimos leyendo
pedro
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